Raúl Martín: "El público está acudiendo a las salas de teatro otra vez para buscar esa poesía que es necesaria"
Raúl Martín: "El público está acudiendo a las salas de teatro otra vez para buscar esa poesía que es necesaria"

Raúl Martín: “El público está acudiendo a las salas de teatro otra vez para buscar esa poesía que es necesaria”

Por: Marcela García

Fotos: Renata de la Cruz García

En esta entrevista exclusiva, la talentosa actriz Marcela García conversa con Raúl Martín, el director de Teatro de la Luna, sobre la conmovedora puesta en escena de “Mar Nuestro”. Juntos explorarán los motivos y la pasión que impulsaron a Martín a llevar esta obra a los escenarios cubanos en un momento crucial.

Acompáñanos mientras exploramos los secretos y el poder de “Mar Nuestro” a través de la mirada del talentoso director Raúl Martín.

La fidelidad de Teatro de la Luna con la obra de nuestro querido autor cubano Alberto Pedro, siempre me ha resultado un acercamiento emotivo y necesario. ¿En esta ocasión es una deuda antigua, o el presente te impulsó a la necesidad de este texto? ¿Por qué “Mar Nuestro” ahora?

Es sobre todo el anhelo de completar una trilogía de obras de Alberto Pedro en el repertorio nuestro, que como ves ya hemos logrado. Trilogía integrada por “Delirio Habanero”, que se estrenó en el 2006; luego “El banquete infinito” en el 2017 y ahora “Mar Nuestro”, siempre son tres de las obras que más se imponen junto a “Manteca”, tres de mis obras preferidas de Alberto. Yo soy admirador y estudioso de toda su dramaturgia, también fui amigo personal de él, y de su familia. Entonces todo eso me llevó, me inclinó hacia su obra. Me parece un filósofo impresionante de la realidad cubana, y en esta obra la temática de la emigración, que él tocó en muchas otras, la desarrolla de una manera más profunda. Estas obras de las que te hablo, que integran la trilogía, también fueron escogidas por mí, por las posibilidades escénicas que me ofrecían. Tú sabes que un director es un hombre de acción, de acción teatral, y uno piensa en los elencos, en los actores con los que cuenta y en cómo llevarlas a escena. Esta es una obra de cuatro mujeres, y como soy amante de lo femenino en escena, creo que la obra me brindaba todo lo justo, estaba esperando el momento ideal para hacerlo y lo encontramos. Estoy muy contento con el elenco que lo está enfrentando, y…. nada, esos son los motivos por los cuales me acerco a “Mar nuestro”.

Raúl, cuéntanos un poco. ¿Cómo ha sido el proceso de creación en estos tiempos difíciles?

Mira, lo primero que decidimos fue hacer un proceso vertiginoso, intenso, y no por ello menos profundo. Que no se extendiera mucho, precisamente por eso, porque los tiempos difíciles, como tú dices, son complejos para mantener los elencos mucho tiempo creando. Ya después, cuando la obra está en cartelera es otra cosa, porque hacer funciones es más fácil, operativamente, que montar; esto significa un compromiso diario y no solamente el horario del salón de ensayo, sino el tiempo de estudio, que casi representa dedicar el día entero a la producción de un montaje. Entonces, con las ideas muy claras y el elenco unido, decidimos hacer un proceso que no se extendiera más de cuatro semanas, que fue lo que duró: tres semanas en el salón y una en la sala donde se estrenó. De todas maneras, las dificultades que implicaba trabajar así, la superaron la entrega de esas cuatro mujeres y la energía maravillosa que desplegaron durante todo ese proceso de investigación, de búsqueda; porque tú sabes que un montaje es un laboratorio, y realmente nos fue muy bien, lo pasamos muy bien. Fue una historia hermosa, de amor, como tiene que ser la creación teatral, es como un matrimonio con sus altas y sus bajas, pero aquí fueron más las altas que las bajas. Sobre todo, este proceso lo protagonizó mucho la emoción, todo el tiempo emocionados de estar juntos, haciendo este texto tan bueno y tan rico.  Y así fue, mantuvimos mucho rigor en el trabajo por la entrega de las actrices y de todo el equipo de creación.

Dentro de la poética del grupo, ¿crees que esta obra ha venido a develar nuevos caminos, o a reafirmar los códigos que han marcado el desarrollo ascendente de esta entrañable agrupación?

Hay un poco de las dos cosas que planteas en la pregunta. Primero hay un nuevo reto, un nuevo camino, que es el de hacer teatro arena, porque yo nunca había asumido esa modalidad en el teatro, y las actrices que trabajan conmigo tampoco. Es un aspecto que hemos tenido presente todo el tiempo porque siempre me imaginé esta obra así, que el público fuera el mar alrededor de la balsa, y que ellas trabajaran en un entorno circular. Entonces el mantener esto presente, nos hizo buscar estrategias, como invitar personas a los ensayos en diferentes momentos del proceso, para que se sentaran en distintos ángulos del espacio, así ellas como actrices no podrían descuidarse. Yo, como director, también me sentaba en varios lugares para ver la obra, incluso durante el mismo ensayo me cambiaba de posición, claro que todo esto se reafirmó y acentuó más cuando se enfrentaron al público.

Entonces te decía que esta condición representó un cambio, porque hasta ahora habíamos hecho teatro frontal, con todas las rupturas que nuestro método de trabajo propicia y provoca, pero siempre frontal. Por otro lado, se mantienen los códigos que siempre nos identifican, como el trabajo profundo con el actor -claro que esta vez más acelerado, más concentrado por el factor tiempo- y el trazado coreográfico, pero que no es premeditado, sino que es resultado de la misma investigación que se hace durante el proceso, de cómo el actor se mueve, de cómo está en escena, cómo se expresa a través de los brazos, del cuerpo: ese clímax del personaje que se descubre también con lo visual, lo visual no solamente en lo plástico, sino lo visual que el actor crea. “El cuerpo habla”, dijimos muchas veces en el proceso, y más ahora que en repetidas ocasiones las actrices estaban de espaldas. Claro que esto no es nada nuevo en el grupo, porque siempre le hemos dado mucho valor a la espalda del actor, y en diferentes momentos apostamos intencionalmente a que los personajes no hablaran de frente al público; pero ahora tenía que ser protagonista de la historia esta preocupación. Eso es lo nuevo, y al mismo tiempo la tradición de la creación de nuestro colectivo.

Hace algunos años he notado en el público cubano un regreso a las salas de teatro, intuyo que buscando algo de poesía para esta precipitada existencia. ¿Cómo perciben ustedes el encuentro de esta estremecedora historia con los espectadores de hoy?

Yo creo que, en este proceso, y pasa casi siempre en las obras de Alberto Pedro, la emoción es la protagonista. En el encuentro con el público, ese acto de comunicación que es el teatro, sucede con sus obras. Lo estamos comprobando con “Mar Nuestro”, ha sido así tanto en el proceso de trabajo, ya te lo decía antes, como en la confrontación con los asistentes a la sala. Yo creo que sí, que el público del mundo, y el cubano, por tanto, está acudiendo a las salas de teatro otra vez para buscar esa poesía que es necesaria, para alimentar el espíritu, porque como bien tú dices hay una realidad que es dura, no sólo en Cuba sino a nivel global. Y que la emoción protagonice, tiene que ver con todo eso, no solamente por lo que dice la obra, sino también por asistir a un acto de confesión que esas actrices hacen, en el cuál implican a los espectadores. La confesión de ellas es también la confesión de quienes la escuchan, o sea, uno de alguna manera, como diría Barba, monta la tensión del espectador. Aquí es, a través de los resortes de la emoción, con todos los ingredientes que tiene la obra, con su propia filosofía y los recursos escénicos que uno utiliza en función de guiar esa emoción y esa comunicación.   

Marcela García Olivera, actriz y directora cubana, ha dejado una marca imborrable en el mundo teatral. Formada en la Escuela Nacional de Arte y en el Instituto Superior de Arte, su influencia va más allá de los escenarios. Además de su destacada labor en la Compañía Teatral Hubert de Blanck, donde ha dado vida a diversos personajes en obras de renombre, Marcela también comparte su conocimiento como profesora en el Instituto Superior de Arte. Ahora, al unirse a nuestro equipo en CubaActores, su perspectiva actoral aportará una visión única y novedosa. Con su estilo natural y empático, cautivará a la audiencia y ofrecerá una lectura enriquecedora, especialmente para los amantes de la actuación.


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2 respuestas a «Raúl Martín: “El público está acudiendo a las salas de teatro otra vez para buscar esa poesía que es necesaria”»

  1. Avatar de Bárbara Olivera Más
    Bárbara Olivera Más

    Gracias al teatro, a la apuesta por lo novedoso, a la búsqueda 6 develación de lo ignorados o prohibido. Es muy interesante desde el lenguaje escenico apostar por la riqueza del lenguaje del cuerpo, de la comunicación social y teatral. Es muy alentador el regreso del público a las tablas; natural es un diálogo que legitima el estilo de este grupo de teatro, de su director y de las lbras seleccionadas. Gracias Marcela por regalarnos este material, que din duda formsra parte de la crítica del teatro cubano, en estos difíciles tiempo.
    Felicidades.

    1. Avatar de Talía Suárez
      Talía Suárez

      Gracias!!!!

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