Trabajar para los niños desde el amor, la sensibilidad, el respeto y la responsabilidad de saber que se trata de la etapa más importante de nuestras vidas, es un don que bendigo y agradezco siempre. La maternidad ha cambiado mi existencia, más en el aspecto emocional que en el práctico. Ha modificado mis emociones, sensaciones y la forma de lidiar con los obstáculos; ha definido nuevas prioridades porque todo se percibe de manera distinta. Desde mi profesión, he aprendido a valorar la importancia del juego en la infancia, las capacidades que el contar y escuchar historias aportan a su desarrollo, la riqueza de sensaciones que la música y la imagen les despiertan, y la libertad que les permite descubrir su cuerpo de forma creativa. Explorar y aprender desde el arte es una necesidad.
Hoy quiero destacar el trabajo de numerosos escritores, directores, diseñadores y mágicos actores que, con pasión y vocación indiscutible, defienden la creación para los niños. Recientemente, me he regalado el placer de disfrutar y soñar junto a mi pequeña asistiendo al teatro, y les aseguro que la experiencia siempre ha valido la pena. He encontrado maravillosas historias que apuestan por una mirada más sutil, inteligente e imaginativa, y menos impositiva, de la inculcación de valores. Un lenguaje ingenioso, estilizado y simple a la vez, con soluciones sencillas que resultan deslumbrantes, denota un profundo y cuidadoso trabajo, así como esmero y entrega en la creación. Esto es especialmente esperanzador en estos tiempos virtuales, donde perdemos en cuestión de segundos el contacto con la belleza del mundo real.
Afortunadamente, hay numerosas agrupaciones en todo el país. Aunque no podría mencionarlas todas, me gustaría convidarlos a buscar las carteleras y dedicar tiempo para que sus hijos también respiren y sientan la alegría de una experiencia teatral.
No podría dejar de mencionar algunos de los colectivos teatrales responsables de mi agradecimiento y plenitud como espectadora, y los de mi hija. ¡No se los pierdan!







Marcela García Olivera, actriz y directora cubana, ha dejado una marca imborrable en el mundo teatral. Formada en la Escuela Nacional de Arte y en el Instituto Superior de Arte, su influencia va más allá de los escenarios. Además de su destacada labor en la Compañía Teatral Hubert de Blanck, donde ha dado vida a diversos personajes en obras de renombre, Marcela también comparte su conocimiento como profesora en el Instituto Superior de Arte. Ahora, al unirse a nuestro equipo en CubaActores, su perspectiva actoral aportará una visión única y novedosa. Con su estilo natural y empático, cautivará a la audiencia y ofrecerá una lectura enriquecedora, especialmente para los amantes de la actuación.
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