En el mundo de la actuación, hay momentos que quedan grabados en la memoria de los actores y actrices, y para la primerísima actriz cubana Obelia Blanco, uno de ellos ocurrió durante una transmisión en vivo para la televisión en los años 1968 o 1969.

La anécdota comienza cuando Obelia Blanco, junto a su amigo y compañero, el gran actor Enrique Molina, participaba en un cuento para Tele Rebelde en Santiago de Cuba, con motivo de la inauguración del canal. La trama se centraba en un hombre que se escapa de la cárcel, es herido en su huida, roba una pistola y va a la casa de su ex pareja para matarla, ya que la culpa de su encarcelamiento era de ella. Al final del cuento, el personaje de Obelia debía dispararle y luego desplomarse, muriendo.
Sin embargo, como se trataba de televisión en vivo, debían considerar la posibilidad de que la pirotecnia no funcionara y el tiro no saliera. “Decidimos que él sacaría fuerzas aunque estuviera moribundo, me agarraría por el cuello, me ahorcaría y luego se desplomaría”, recuerda Obelia.
Comenzaron el cuento con nerviosismo y tensión, pero cuando llegó el momento crucial, el disparo no salió. “Como personaje, estaba aterrada, pero no podía escapar porque ese no era el final del cuento”, cuenta Obelia. Enrique Molina, quien estaba tan metido en su papel, se abalanzó sobre ella, la agarró por el cuello y comenzó a apretar, pero más fuerte de lo que debía. “Yo le agarraba las manos tratando de aflojar un poco porque él estaba tan metido en su papel que cada vez me apretaba más y más, y ya me faltaba el aire”.

En ese momento, la actriz decidió, como buena profesional, morir en el papel en lugar de pedir ayuda o intentar escapar. “El susto que pasé fue tan grande que nunca lo he olvidado”, confiesa Obelia. Esta anécdota es solo una muestra del compromiso y la entrega que los actores y actrices ponen en su trabajo, incluso en situaciones extremas como la televisión en vivo.
Fotos:RRSS
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