Séneca dijo en una ocasión que “La vida es como una obra de teatro: no es la duración sino la excelencia de los actores lo que importa”. En este sentido, el actor cubano César Domínguez tiene una existencia hermosa gracias a su talento y experiencia. A pesar de su corta edad, ha logrado hacerse de una carrera sólida en el complejo mundo de la actuación a base de sacrificio y aptitud. Hoy nos comenta sobre su vida, trayectoria y, ¿por qué no?, tal vez nos revele la fórmula para alcanzar un sueño.
¿Cómo te describirías?
Me describo como una persona intensa. Todo lo que hago lleva implícita una intensidad a veces abrumadora, como si fuera la última vez.
¿Cómo decidiste dedicarte a la actuación?
Decidí primero estudiar porque en los talleres de actuación para aficionados descubrí que se me daba bien. Luego, en la escuela, descubrí que la actuación es un oficio que te prepara para todas las estampas de la vida. El hecho de tener que ponerme en los zapatos de otra persona para poder comprender ciertas cosas me hizo enamorarme de esta profesión, porque me hizo una persona empática, sensible y me siento muy orgulloso de ello.
¿Tienes algún ritual antes de salir a escena?
La verdad es que no tengo rituales específicos. Solo que, minutos antes de salir, me gusta sonreír mucho, hacer bromas con mis compañeros de escena y que haya buena vibra tras bambalinas, aunque la escena sea súper dramática.
Te hemos visto en trabajos que requieren gran inmersión física y emocional. ¿Puedes comentarnos sobre tu proceso creativo? ¿Cuál es el papel más desafiante que has aceptado?
Mi proceso creativo suele ser intenso. Va desde mudarme y vivir fuera de mi casa por un tiempo, hasta aprovechar cualquier cosa que esté pasando en mi vida para enfrentarla como lo haría el personaje que estoy creando.
El papel más desafiante hasta ahora ha sido mi personaje “Candela”. Ahí interpreto a un transformista llamado Lubrini y, para experimentar lo que sentía al transformarse en escena, me fui a un casting vestido completamente de mujer, caminé por las calles, llegué, me presenté como “Ayamey” e hice el casting. Fue muy revelador y gracias a eso pude darle más dimensión a mi personaje, ese toque extra de vivencia real que es tan importante.
¿Qué inspira a Cesar Domínguez? ¿Algún ídolo?
Me inspira el amor, esa palabra. Y mis ídolos son muchísimos, van desde Beyoncé hasta Gandhi. Todo aquel que haya hecho un poco por el bien de la humanidad me inspira mucho respeto y admiración. En la actuación, sin dudas, mi referente es Ana de Armas, es un orgullo cubano y no puedo estar más feliz por saberme representado en ella.
¿Cómo se vive la fama siendo tan joven?
La fama es algo complejo. Yo comencé a salir en la tele con apenas 15 años y tengo un sin fin de anécdotas al respecto. Alcanzarla tan joven tiene un lado bueno también y es que descubres bien temprano los pros y los contras. En mi experiencia, la fama temprana me ha servido para descubrir que me interesa más trabajar en proyectos que me aporten como artista más que en proyectos que me hagan famoso. Quitarle importancia a la fama y lo que significa me ha hecho ser un artista más consciente de que mi objetivo como creador es inspirar y motivar, aportar algo alejado de la banalidad de ser reconocido.
¿Qué has tenido que sacrificar por tu carrera?
He tenido que sacrificar mucho, relaciones, experiencias y comodidades. Pero siento que ha valido la pena cada sacrificio. Hoy estoy feliz con todo lo que he dejado atrás con tal de seguir con mi carrera.
¿Qué canción no te cansarías de escuchar?
No me cansaría de escuchar “Teatro” de La Lupe. Está en todas mis listas de reproducción.
¿Algo que quisieras hacer y no hayas hecho?
Me gustaría dirigir un musical.
¿Película favorita?
Mi película favorita es “Hello Hemingway”. Siempre lloro cuando la veo.
Eres un actor que se nutre de todos los medios y plataformas de internet. ¿Puedes comentarnos sobre el trabajo que haces en redes sociales? ¿Qué le ha aportado a tu carrera?
Trabajar en redes sociales es el trabajo de este siglo. Generar contenido es la herramienta de comunicación perfecta para que la gente de tu comunidad te vea tal y como eres. Lo que más me ha aportado es retroalimentación. Por ejemplo, volví a la tele para hacer una serie porque mi comunidad me lo pedía. Si no hubiera tenido redes sociales, nunca habría sabido que mi gente quería verme en el televisor otra vez.
¿Cuál es la lección más importante que has aprendido en tu vida?
La lección más importante que he aprendido en mi vida es que “ceder es dominar”. Mi abuelo me lo decía siempre y yo no lo entendí muy bien hasta que acabé la adolescencia. Cuando nos enfocamos solamente en dominar ciertas situaciones, perdemos la perspectiva de las mismas. Sin embargo, si dejamos a un lado nuestro ego y observamos desde una posición calmada, podemos encontrar revelaciones impactantes. Ahora siempre hago eso y me va bastante bien.
Fotos: RRSS César Domínguez
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